jueves, 30 de octubre de 2008

El invierno

Hay algo en el invierno que me fascina, no sé porqué los días plomizos y el frío intenso me ofrecen una sensación de seguridad, será porque yo a veces también soy un día gris o porque en ciertos momentos la tristeza que a veces me acompaña se siente más cómoda si el día se levanta como ella, fría y gastada.

Estos días en los que fuera no hay más que una tenue luz, un cielo encapotado y un aire gélido, es cuando realmente me siento cómoda conmigo misma, quizás por eso Londres me eclipsó, quizás por eso la soledad me ha acompañado durante mucho tiempo.

Los días radiantes son para la gente que ama la calle, los bullicios, para los temperamentales e irreflexivos, el invierno es para nosotros para los que nos gusta analizarlo todo, un buen libro y un chocolate caliente, los que disfrutamos de las ciudades no sólo por las gentes que las habitan sino por su parte inerte, sus edificios, sus parques, sus museos.

Hoy hace un día para acurrucarse bajo el edredón, sóla o en buena compañía y aunque a veces cueste admitirlo hoy es uno de "mis días".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mantita, gato y un buen té... Y si hay que salir a la calle que sea para comprar castañas recién hechas.

Besos, reina!

rubén dijo...

Posiblemente, este sea tu mejor post hasta el momento. Muy bonito. Además, me siento muy identificado. Viva el otoño! Viva el otoño en Madrid!