En Londres siempre llueve.

Hay una ciudad en el mundo donde las 4 estaciones pasan en un día (como dice la canción), una ciudad donde uno se puede sentir melancólica como el cielo gris y pasear por las ruinas de la acrópolis sin estar en grecia.

Un sitio donde la buena comida es de todas partes menos de allí mismo y donde nadie te miraría por la calle si fueras en bata y zapatillas.

Londres es así y así hay que vivirla, dejarse contagiar por la flema de los habitantes, ser puntual y cenar a las 6,30 pescado con patatas, no comer a medio dia, convertir la merienda en cena y charlar en los pubs después del trabajo si es que eres capaz de beber esa cerveza templadita.

Me encanta esa ciudad quizás porqué viví allí, me encantan los autobuses rojos, los parques infinitos, las ardillas y los zorros en los jardines, los rincones románticos y camden town.

Portobello y sus frutas por una libra cuando ya de por si es dificil encontrar la fruta en ese pais, los cines en los que te cobran según el barrio y las ofertas de 2x1 de los martes, que lleguen todos los estrenos, el paseo entre picadilly y el covent garden, los conciertos en el Royal...

Una ciudad a la que te gusta volver sobre todo si dejaste muchos amigos allí.